sábado, 27 de marzo de 2010

¿Forman los sueños parte del espejo?



Los sueños parecieran ser lo más normal del mundo, los vemos como parte del dormir. Pero, ¿Realmente nos quieren decir algo? Para muchos lo que soñamos está relacionado a las cosas que hemos pasado en el transcurso del día, nuestras preocupaciones, lo que nos interesa o nuestros miedos. El soñar es un mundo en el cual los protagonistas somos nosotros mismos; aunque no en todos actuamos como realmente lo haríamos en la vida real. Lo interesante se da cuando por medio de ellos logramos vernos actuar “desde afuera”, como si se tratara de ver un video en donde observamos lo que vamos haciendo. Podemos llegar a pensar que, el cómo nos vemos en los sueños, es la perspectiva de cómo nos percibimos o cómo queremos que nos perciban. Muchas veces no nos acordamos de ellos, otras nos despertamos en la mejor parte y en muchas otras ocasiones nos soñamos el mismo sueño una y otra vez. El soñar es realmente un misterio. Preguntémonos, ¿Cómo es que, a través de ellos, vemos con los ojos cerrados? Nuestra imaginación hace que vivamos una nueva experiencia, que vivamos otra vida al otro lado de la realidad. Los sueños muchas veces nos pueden ayudar a conocer mejor nuestro interior, logramos darnos cuenta de muchas cosas propias que nos hacen reflexionar de lo que somos y lo que pensamos. La historia de cada uno de esos sueños, la construimos nosotros mimos, la construye una parte muy inconsciente e interna de nosotros; son entonces creación de algo que nos pertenece. Podemos llegar a pensar en todo lo que guarda nuestro subconsciente, almacenado en nuestra memoria, que tiene archivos de personas relevantes y momentos importantes de nuestra vida; es nuestra historia con otra historia.

Ahora déjenme preguntarles algo más que tal vez los dejará con la incógnita, ¿Qué pasa con aquello que soñamos y no es parte de nuestra vida? Hay sueños en los cuales aparecen personas que nunca hemos visto y lugares a los que nunca hemos ido; ¿Existirán realmente, o salieron simplemente del mundo del otro lado del espejo?

domingo, 21 de marzo de 2010

CONOCIENDO EL CAMBIO ....DE LA OTRA FIGURA EN EL ESPEJO...




¿Qué tanto te conoces?, ¿Qué tanto sabes de vos mismo? Podría sonar de primera entrada como algo irónico, pero realmente es cierto. Nosotros que se supone nos conocemos, somos muchas veces los que nos llevamos la sorpresa de que encontramos algo nuevo que antes no sabíamos que teníamos. El conocernos no es simplemente el saber el color que más nos gusta o definir fortalezas y debilidades, va mucho más allá, es la respuesta hacia la pregunta de qué soy capaz de hacer, qué me afecta directa o indirectamente en torno al bienestar y calidad de vida, en qué soy vulnerable, cuáles son los errores que por más que quiera siempre comento y el por qué de ciertas reacciones. Es también determinar, cuáles son esas trabas que me impiden el poder desarrollarme como persona, que me hacen desenvolverme en mis propios intereses y bajo mis mismos sueños.

Hay situaciones, experiencias, personas y vivencias que nos cambian la vida, momentos los cuales influyen en nuestra persona, modificando nuestra manera de actuar y ver las cosas. Esto no es algo “malo”, simplemente es el poder tener la consciencia de sí pudimos o no cambiar para bien. Lo importante es conocernos a profundidad, para así sentirnos mejor con nosotros mismos, para poder llegar a tomar mejores decisiones, saber qué hacer en momentos de crisis, comprender qué nos pasa y qué nos está agobiando, entre otras cosas. El conocernos sinceramente nos permite anticipar acciones y actitudes nuestras, ya que nos reafirma cómo es que voy a reaccionar en cierta situación o qué soy capaz de hacer en otra.

La otra figura del espejo no siempre es alguien que no somos (como lo decía el post anterior), puede ser como en este caso una evolución, una modificación o cambio de nosotros mismos. Hasta parte de nuestro crecimiento. Aunque ese cambio puede o no ser siempre bueno. Tal vez a alguno le ha pasado que cuando se ve al espejo siente que ve a alguien diferente, y nos preguntamos qué tanto hemos crecido, evolucionado y qué tanto el cambio interno provoca un cambio externo; refiriéndonos al cambio a nivel conceptual y más importante aún, se ve modificado paralelamente el cómo nos vemos y cómo nos percibimos nosotros mimos. Esto entonces porque vemos: LA OTRA FIGURA DEL ESPEJO.

domingo, 14 de marzo de 2010

La Otra Figura del Espejo...



¿Cuántos nos hemos sentido alguna vez indirectamente obligados a actuar y pensar de una manera distinta a como vemos las cosas, únicamente por “encajar” en algún grupo y/o situación? Hemos tratado de aparentar algo que no es, algo que no somos, y lo más peligroso es que lo podemos empezar a ver como una conducta tan normal y común que hace que estemos realmente cambiando nuestros pensamientos y manera de ser, solapada e inconscientemente.

Muchas veces pensamos que estas actitudes que adoptamos de “seguir a los líderes de los grupos” o “decir que nos gusta un grupo de música solo porque en donde me encuentro lo consideran así”, son algo de inmadurez y algo que se da en nuestra etapa de adolescencia. Pero, realmente, este tipo de presiones e influencias más psicológicas que físicas no tienen límite de edad.

Nuestros grupos de amigos, de trabajo, de compañeros, etc., son círculos en los cuales la mayoría del tiempo causan un fuerte impacto en nuestro desarrollo como persona. Esto porque como dice el dicho “El que con lobos anda aullar aprende”, nos vemos inmersos en un contexto en donde cada vez nos parecemos más a esas personas a veces sin siquiera quererlo. Lo complicado de la situación es que nadie tiene “la culpa”, ni ellos que hasta inconscientemente influyen en los demás, ni los demás que se ven obligados a cambiar sus conductas por la influencia de ellos. Es un proceso tan fuerte, subconsciente y muchas veces incontrolable.

Pero, ¿Cuál es realmente el problema de esto? Es la pérdida paulatina de identidad propia, que nos puede llegar alejar de recordar quiénes éramos en realidad, olvidándonos de lo que éramos capaces de hacer, suplantando nuestros sueños, cambiando nuestras metas, retractándonos de decir siempre lo que queremos y pensamos, y hasta impidiéndonos lograr hacer lo que realmente deseamos en nuestras vidas. Haciendo que las personas a nuestro alrededor perciban siempre de nosotros: LA OTRA FIGURA DEL ESPEJO.